domingo, 22 de julio de 2007

Dia 15: Recordatorio

Que exquisito sueño. Últimamente he estado soñando más que de costumbre. Una vez vi en televisión a uno de estos tipos que leen las cartas y decía que si las personas no soñaban era porque pronto morirían y yo siempre tenía miedo de no soñar, pero parece que con los años ese miedo se perdió y era tan común mi falta de fantasías nocturnas que ya estaba esperanzado con que estaba a punto de morirme, especialmente estos últimos años. Pero hace una semana exactamente que mi cabeza no para en toda la noche, aunque en realidad gracias a ello amanezco más alegre en la mañana, debo decirlo. No se porque soñar con antiguas vivencias fusionadas con acontecimientos ficticios me hacen sentir que la vida aún tiene remedio.

Soñé que estaba con mi familia en esos típicos paseos familiares, tenia como 13 años más o menos, y mi madre siempre llevaba de esos pasteles de plátano que le quedaban exquisitos, yo lo probaba pero sabía más rico que en la vida real, tan delicioso era su sabor que desquiciadamente comenzaba a llorar y mi madre reía y reía. Me decía que no comiera más si estaba tan malo, y yo seguía comiendo como un cerdo, me atragantaba y seguía llorando. Me agradaba que mi madre se riera, nunca lo hacía, siempre estaba seria y callada como si en realidad fuese un fantasma sonámbulo. Tal vez por ello sentía la curiosidad de escucharla reír
por lo que no paraba de comer, hasta que me dieron arcadas y me comenzé a ahogar. Mi papá me levanto con un brazo y me apretó la guata, yo boté el pedazo de plátano que tenía atascado y me puse a tiritar. Mis padres se largaron a reír -por goloso te pasó- me dijeron, y se fueron a bañar al río. Yo quedé ahí tirado muerto de cansado y me puse a ver los rayos del sol que se escapaban por las ramas de los árboles. Y como siempre la mala suerte me acompaña, me llegó un pelotazo en ese lugar sensible que tienen los hombrecitos.

-¡¡¡Uy......disculpa por el pelotazo!!! es que mi hermanito no tiene buena puntería aún-
Yo estaba sin aire, no respondía, solo emitía sonidos raros.

-Parece que te llegó fuerte, disculpa de nuevo, quieres jugar con nosotros?... claro, después que se te quite el dolor- yo aun no abría los ojos, solo escuchaba, y se notaba que se estaba aguantando la risa.
-Maldito desgraciado- pensaba -pendejo de mier..!!!!- estaba listo para decirle unos cuantos garabatos a ese niño pero cuando me disponía a hacerlo, abrí los ojos y lo miré a los suyos. Yo furioso, el con una sonrisa en su mirada, fue extraño, sentí como si ya hubiera hablado con el antes, mucho antes y durante mucho tiempo. Me quedé nuevamente mudo, un silencio larguísimo nos atravesó a ambos y yo estúpidamente esbocé una sonrisa y le dije:

-Bueno, vamos a jugar!-


Lamentablemente en mi niñez nunca fui tan sociable, me remitía a decir si o no de acuerdo a la pregunta que me hacían los demás. Por ello, nunca me arrepentiré de no haberle dicho esa frasesilla simple a ese niño, la vida tal vez hubiese sido más fácil a partir de ese momento.


Ah! en fin, los sueños son sueños y no hay que tomarlos mucho en cuenta, ya son las 6:15 y estoy atrasado para el trabajo, a seguir laborando como maquina!!