sábado, 8 de diciembre de 2007

Hoy desperté y decidí salir a tomar aire puro, baje las escaleras, y como siempre cada peldaño sonaba como si la madera quisiera huir y formar parte nuevamente de un ser viviente. Y yo no me quedaba atrás, la mala alimentación estaba transformándome en un viejo cascarrabias,las rodillas me suenan, me estoy adelantando como en 20 años. En fin, salí de la pensión, y el cambio de aire lo notaron hasta mis ojos que dejaron de picarme. Aspire una bocanada de aire y me encamine al parque. Mientras caminaba pensaba en lo que había hecho de mi en estos últimos años y creo que he crecido, madurado y comprendido cosas que pensé nunca comprendería, pero también me he empequeñecido al conocer otras cosas, no tan bellas, no tan horribles, pero que a todos nos afectan por igual en algún momento de la vida y este fue el momento en que necesitaba conocerlas, porque sino hubiese sido demasiado tarde. Caminaba pensando en lo que seria de mi vida, despistado para variar, mirando la copa de los arboles y los reflejos de la luz del sol en las hojas verdes a esta altura del año, imagen que era apantallada por las malditas pelusas que salen en la primavera y que me dejan sin poder respirar. Hacen que mis ojos se enrojezcan y que ande más somnoliento que de costumbre y eso es decir mucho. Para variar esos síntomas hicieron que mi humor se tornara negro y que mi mal genio saliera a relucir como todos los días del año. Estaba a punto de devolverme a mi pieza pero me di cuenta que justo había llegado a la zona de juegos, los colores y la risa de los niños hicieron que mi humor cambiara un poco y decidí sentarme en una banca y mirarlos, con la esperanza que algo de su energía se transmitiera a mi agotada existencia. Miraba a los niños y ni ganas de fumar me daba, aunque en realidad hace tiempo que no me fumo un cigarro, los miraba y sonreía de pensar que alguna vez yo también era feliz como ellos y corría y saltaba sin pensar en nada. Estaba en esas cuando siento que alguien se sienta a mi lado, algo liviano, alguien liviano, y cuando miro me doi cuenta que era Anaís, la hija de la dueña de la pensión:
-No sabia que este era tu día libre- me dijo ella con una sonrisa muy tierna
-Si, es mi día libre y tenia planeado pasarlo tranquilamente en el parque, pero veo que no podré- le dije yo, después me habría de dar cuenta que fui muy antipático.
-Ah! o sea que quieres que me vaya!-
-No, no es necesario, yo me puedo ir, total hoy quería caminar- Me levanté del asiento y me dispuse a caminar para alejarme del parque; ya me habían estropeado el día libre.
Mientras caminaba pensaba en Anaís, nunca me había mirado con esa sonrisa tierna, siempre se reía, pero en forma de burla, como diciéndome con los ojos que yo era un pobre fracasado. Pero hoy me había mirado con una cara distinta, como con ojos de cariño o por lo menos eso es lo que creo, que raro, no puedo comprender lo que quería decir con esa sonrisa pero espero no haber sido demasiado pesado con ella, porque espero que vuelva a mirarme así alguna vez.
Mientras vuelvo a alejarme el mundo con mis estúpidos pensamientos siento los pasos de una persona, pero eran unos pasos livianos.
-Anaís!- pensé y se formo una sonrisa en mi boca, pero me di vuelta y no era ella:
-Toma! Para ti, para que no estés tan triste- era la voz de una niñita chica, era enana mas bien, con unos ojos enormes, y en su mano llevaba una flor, y sus palabras retumbaban en mi cabeza y sus ojos penetraban mis ojos, y mis lágrimas no tardaron en aparecer.

sábado, 11 de agosto de 2007

Día poco importante para los demás.

Estoy fumándome un cigarro, hace tiempo que no lo hacia. Generalmente fumaba después del almuerzo o cuando hacia frió o cuando carreteaba o cuando estaba triste. Creo que la ultima opción encaja especialmente hoy. Después de recordar ciertas cosas -y personas- relevantes en mi vida, empecé a recordar las cosas desagradables, las que me llevaron hasta donde ahora me encuentro. Y ahora me doy cuenta que la mala suerte la tengo desde que nací. Las estrellas estaban mal alineadas el día que respire aire por primera vez y descubrir eso a estas alturas de mi vida solo hace que la resignación toque mis neuronas. Desde pequeño que las cosas me salían mal y cuando quería hacer algun bien a alguien no me atrevía porque se me tupían los brazos y me tiritaba el corazón, era algo muy frustrante porque todos pensaban que era un niño mal genio, y parece que me lo dijeron tantas veces que termine siendo un adulto mal genio. Aprendí a mentir para conseguir amistades, fingía ser sociable y educado porque tenia miedo de quedarme solo y finalmente ahora lo estoy, ninguno de mis planes resultaba. Hoy se ha reafirmado que mis estrellas aun pesan en mi espalda. Aunque creo que he aprendido a hacer un poco más feliz a la gente que me rodea, no he aprendido a hacerme feliz a mi mismo. Traté de conseguir algo, ese algo que generalmente no puedo conseguir por más que lo intento y hoy no fue la excepción. Sin embargo, la esperanza aun existe, el eslabón perdido de la caja de pandora cayó en mis manos y no puedo soltarlo. Mi cerebro se esta agotando y la esperanza aun sigue dentro, pero ahora esta acompañada por la desconfianza. Creo que lo que estoy haciendo esta mal, aunque socialmente debería estar bien, pero esta mal en mi ser, por eso es que todo me funciona al revés y he aprendido a reírme del destino con lágrimas en los ojos. El otro día me di cuenta que lo que tenia pensado para mi vida no era lo que quería y creí tener la formula para solucionarlo pero ... nuevamente me equivoque. No tengo la formula, ni siquiera tengo fragmentos de ella. Estoy totalmente perdido, sin una sola idea de lo que tengo que hacer en la vida. Por ahora seré tan solo la maquina que he sido hasta ahora y trataré, a veces, de buscar los datos correctos para sacar a las estrellas de mi camino.

domingo, 22 de julio de 2007

Dia 15: Recordatorio

Que exquisito sueño. Últimamente he estado soñando más que de costumbre. Una vez vi en televisión a uno de estos tipos que leen las cartas y decía que si las personas no soñaban era porque pronto morirían y yo siempre tenía miedo de no soñar, pero parece que con los años ese miedo se perdió y era tan común mi falta de fantasías nocturnas que ya estaba esperanzado con que estaba a punto de morirme, especialmente estos últimos años. Pero hace una semana exactamente que mi cabeza no para en toda la noche, aunque en realidad gracias a ello amanezco más alegre en la mañana, debo decirlo. No se porque soñar con antiguas vivencias fusionadas con acontecimientos ficticios me hacen sentir que la vida aún tiene remedio.

Soñé que estaba con mi familia en esos típicos paseos familiares, tenia como 13 años más o menos, y mi madre siempre llevaba de esos pasteles de plátano que le quedaban exquisitos, yo lo probaba pero sabía más rico que en la vida real, tan delicioso era su sabor que desquiciadamente comenzaba a llorar y mi madre reía y reía. Me decía que no comiera más si estaba tan malo, y yo seguía comiendo como un cerdo, me atragantaba y seguía llorando. Me agradaba que mi madre se riera, nunca lo hacía, siempre estaba seria y callada como si en realidad fuese un fantasma sonámbulo. Tal vez por ello sentía la curiosidad de escucharla reír
por lo que no paraba de comer, hasta que me dieron arcadas y me comenzé a ahogar. Mi papá me levanto con un brazo y me apretó la guata, yo boté el pedazo de plátano que tenía atascado y me puse a tiritar. Mis padres se largaron a reír -por goloso te pasó- me dijeron, y se fueron a bañar al río. Yo quedé ahí tirado muerto de cansado y me puse a ver los rayos del sol que se escapaban por las ramas de los árboles. Y como siempre la mala suerte me acompaña, me llegó un pelotazo en ese lugar sensible que tienen los hombrecitos.

-¡¡¡Uy......disculpa por el pelotazo!!! es que mi hermanito no tiene buena puntería aún-
Yo estaba sin aire, no respondía, solo emitía sonidos raros.

-Parece que te llegó fuerte, disculpa de nuevo, quieres jugar con nosotros?... claro, después que se te quite el dolor- yo aun no abría los ojos, solo escuchaba, y se notaba que se estaba aguantando la risa.
-Maldito desgraciado- pensaba -pendejo de mier..!!!!- estaba listo para decirle unos cuantos garabatos a ese niño pero cuando me disponía a hacerlo, abrí los ojos y lo miré a los suyos. Yo furioso, el con una sonrisa en su mirada, fue extraño, sentí como si ya hubiera hablado con el antes, mucho antes y durante mucho tiempo. Me quedé nuevamente mudo, un silencio larguísimo nos atravesó a ambos y yo estúpidamente esbocé una sonrisa y le dije:

-Bueno, vamos a jugar!-


Lamentablemente en mi niñez nunca fui tan sociable, me remitía a decir si o no de acuerdo a la pregunta que me hacían los demás. Por ello, nunca me arrepentiré de no haberle dicho esa frasesilla simple a ese niño, la vida tal vez hubiese sido más fácil a partir de ese momento.


Ah! en fin, los sueños son sueños y no hay que tomarlos mucho en cuenta, ya son las 6:15 y estoy atrasado para el trabajo, a seguir laborando como maquina!!

domingo, 24 de junio de 2007

Día sexto: Bañandome en Alcohol.

El problema es el siguiente:
hablé con unos conocidos hace unos días y les conté lo que me ha pasado en los últimos meses y me dijeron que estaba convertido en un amargado y que yo mismo transformaba mi vida en una miseria. Estuvimos hablando toda la noche, fue de esas noches en donde describir detalladamante cada uno de los aspectos más desagradables de nuestras vidas se transforma en la única entretención que se podemos costear cuando el dinero ya se ha ido junto con el humo de los cigarros.

Y fue tan extensa la conversación que incluso llegaron a convencerme de que yo era el culpable de todo lo que me pasaba. Al término de la velada, y camino al trabajo sin dormir siquiera media hora, extrañamente esbozaba una sonrisa en mi rostro, convencido de que, si yo era el culpable de mis desgracias, entonces era yo el único que podía sacarme del hoyo en el que me encuentro y volver a tener la vida feliz que alguna vez logre conocer. Estaba tan contento que incluso fui capaz de llegar al trabajo y saludar a todos los que allí se encontraban, mirarlos a todos en la cara, observar lo amargados que se veían desde mi nueva forma de ver las cosas. Había incluso olvidado que hacía 7 horas que no comía y que no iba al baño a desahogar mi vejiga. Se notaba que todos me miraban con cara de pregunta:
-¿Qué le pasará a este tipo?!- supongo que pensaban. Nunca saludaba a la gente y tampoco sonreía. Esto era algo realmente nuevo para ellos y también para mi. Y justo cuando iba a empezar a trabajar por primera vez en mi vida feliz, me viene un retorcijón de estómago insoportable y comienzo a vomitar ahí mismo, en la entrada del local, con todos los clientes mirando, con cara de asco. Los pedazos de comida del día anterior se mezclaban con un olor a alcohol que según yo se podía sentir hasta la entrada de la pensión, obviamente el olor a vomito fresco también se sentía por todo el local. Que vergüenza. No se me ocurrió nada mejor que tirarme al suelo y hacerme el desmayado. La mejor forma de salir de ahí sin mirar nadie. Qué me sacaran en camilla y yo durmiendo.
Lo único que podía hacer en ese estado era escuchar las cosas que decían alrededor mío:

-¡¡¡llevense inmediatamente a este idiota!!!- claramente esa era la voz de mi jefa -!!esta espantando a la gente!!...¡¡y que alguien venga a limpiar esta inmundicia!!- se notaba que estaba enojadísima, y yo cerraba con más fuerza los ojos. No quería que me dijera las típicas porquerías que siempre me dice.

-¡¡jajaja!! inmediatamente jefa, aunque necesitaremos más gente para limpiar toda esta porquería que para levantar al desmayado-una voz que no pude reconocer, un hombre, viejo y claramente sarcástico. Como todos los que trabajan en ese lugar.

Yo lo único que quería era salir de ahí, más bien que me sacaran luego, porque ya me venían más ganas de vomitar y no quería vomitar en esa posición, ya he visto gente que vomita su propia cara de lo borrachos y yo no quiero dar ese espectáculo.

-Este hombre necesita que lo lleven a un hospital- algún cliente debió haber sido el de la idea, por lo compasivo, y por su tono de voz, claro y educado. Creo que ha sido lo mejor que escuche en todo ese rato, no me interesaba donde me llevaran, solo quería estar lejos de allí.

Mientras me agarraban entre unos cuantos hombres me dedique a analizar la situación, desde que terminó mi conversación con esos conocidos míos, esa extraña felicidad que me envargaba y el desmayo fingido para evitar la vergüenza. Y descubrí la razón de toda esta extraña cadena de acontecimientos: estaba borracho. Si!!!!! eso era!!!! estaba tan borracho por la fiesta de anoche, que ni siquiera me di cuenta y me fui a trabajar en ese estado, esa idiota felicidad que me hacia sonreír, era alcohol, no era yo, no era lo que me habían dicho esos tipos, que en realidad apenas conozco, eran mis neuronas bañándose en vodka naranja que filosofaban acerca del porque de mi vida miserable. No era yo entonces quien hacia que mi vida fuese una mierda. No soy yo entonces el único capaz de sacarme del hoyo en el que me encuentro.

domingo, 3 de junio de 2007

Día Cuarto: Despertando

Día Cuarto:

Estaba pensando en lo que me ocurrió el otro día...parece que hubiesen pasado hace meses, incluso creí haberlo olvidado, pero a veces a uno le dan esos momentos de retrospección y comienza a releer los capítulos de su vida. A veces lo hago y me daño, pero hoy fue distinto, leí un pasaje muy bello, donde mi ilusión estaba a flor de piel, y el corazón palpitaba fuerte, la sangre estaba prendida y mis ojos brillaban como los de un niño con un juguete nuevo. Se me ocurrió en ese momento de retrospección escuchar uno de esos tantos temas que me hacían recordarte. Cuando hablábamos de aquella maravillosa voz, que nos iluminaba el alma, y de aquel piano con el que llorábamos juntos.

Que lata, empezar a recordar estas cosas, todo por culpa de ese viejo, desde que me junte con el todas la mañanas me acuerdo de estas tonteras, pero si ha pasado tanto tiempo...¡¡ ¿Porque tengo que pensar en eso?!! Son las 5AM y hace un frió del demonio, desgraciadamente tengo que levantarme porque si no lo hago no tengo plata y sin plata me quedo sin comida y sin techo. Aprovecho la nostalgia de la mañana para poner ese tema triste y sangriento que nos gustaba a ambos.......a ambos.......que raro hablar en plural.....o pensar en plural mas bien......creo que necesito un amigo o si no me voy a volver loco. Mientras me lavo la cara se me entumece la espalda y mis piernas tiritan como dos ramitas en invierno movidas por el viento. Estoy comenzando a dar lastima, la gente me mira con pena en la calle, y como no me van a mirar así, hasta yo me doy pena cuando me miro al espejo. Tengo que hacer algo con mi vida sino me voy a morir aquí; flaco, ojeroso y sin familia, o sea, solo, como el ermitaño que mi padre dijo que seria. Maldito viejo, otro mas que me arruinó la vida.

Dios mío no ha pasado ni media hora desde que desperté y ya he pensado en dos viejos desagradables. Sin embargo, el viejo de la otra noche algo tenia que me provocaba curiosidad, no se que era, aunque ahora que lo pienso talvez quería proponerme algo indecente, pensó que andaba necesitado de dinero y en una de esas creyó que haría cualquier cosa en agradecimiento del café. Ojalá no volver a verlo y ojalá que hoy el trabajo este bueno porque tengo ganas de comprarme cigarrillos, hace tanto tiempo que no fumo, mis pulmones deben ser los más limpios de esta cuidad inmunda.

Salgo de mi pieza y me encuentro con la dueña de la pensión, creo que hoy no será un buen día, en menos de dos horas mi mente ha tenido que soportar a tres viejos desagradables. Por lo menos desperté pensando en algo bonito, lástima que lo pasado no se pueda recuperar.

Dia primero: Extraño Encuentro

Día Primero:

Mientras llueve miro por la ventana y me imagino los relámpagos invisibles que cruzan el mar de nubes, deseo estar arriba y subirme a uno de esos rayos de luz y viajar hasta el centro de la tierra. La música suena, algo así como tambores, trompetas y un violín solitario que me hace despertar de mis pensamientos y recordar que ya es hora de juntarme con aquel señor que me habló el otro día en el puente...simpático el, aunque la primera impresión es bastante fuerte, con ese abrigo hasta el suelo y el sombrero que hace juego con su barba. No se porque le seguí la conversación ese día, tal vez estaba demasiado aburrido de la lluvia y no tenia nada más que hacer, o tal ves fue por otra cosa, bueno eso no me preocupa por este momento, estoy atrasado.Ya son las ocho de la noche, es invierno, hace frío, y estoy esperando al señor mientras hago figuras con el vapor que sale de mi boca...aburrido, espero. Lo veo por fin acercarse con su inconfundible abrigo y sombrero, el mismo que cubre su cara con una sombra negra...espeluznante a estas alturas. Y me saluda con un apretón fuerte y con una sonrisa cínica, ese tipo de sonrisas que te ponen los pelos de punta y me pregunto mientras trato de separar mi mano de la suya:-¿que mierda hago acá?-

En fin, el señor, que aun no tiene nombre, una porque no se lo he preguntado todavía y otra porque extrañamente el no me lo ha dicho, me invita a tomar un café al restaurant que esta al otro lado del puente, invitación que obviamente acepto, o sea, estaba muerto de frío y algo tenía que ganar de esa reunión, aunque sea un café y un pastelillo. Entramos al local, y los cuatro pelagatos que bebían junto a la televisión nos miran y se ríen entre ellos, yo los miro con cara de enojo, hoy no ando de ánimos, ellos se dan media vuelta y siguen viendo la tele. Me siento al lado de la ventana para por lo menos ver el cielo estrellado en el caso de que la conversación se vuelva tediosa. El café llega y el me dice después que unos minutos de silencio:
-Yo a ti te conozco-
-jajaja- me río despiadadamente, ya estaba aburrido y me quería ir a casa o más bien a ese lugar en el que vivo
-no, yo no te recuerdo de ninguna parte, así que estas equivocado, creo que te equivocaste de persona, lo siento, acabas de malgastar dinero en mi creyendo que era otra persona, mejor me voy, gracias por el café- le digo y después bebo de la taza rápidamente y me largo de lugar.

Mientras cruzo el puente camino a mi casa estúpidamente me tropiezo con un hoyo que había en la calle -maldito alcalde que se gasta la plata en sus campañas!!!- -¿Te ayudo?- me dice una voz familiar, miro hacia atrás y era el viejo loco que me seguía desde lejos.

-Ahhh....usted de nuevo, no gracias yo puedo solo- me levanto y me apresuro en librarme de él.
-¿porque huyes?- me dice con esa voz nuevamente escalofriante
-no huyo, usted no me conoce, ojala encuentre a la persona que busca, pero yo no soy esa persona, así que vuelva por donde vino, buenas noches-.

Ese viejo ya me había arruinado la noche, y mientras me alejo de el- o por lo menos eso creo- se me viene un antiguo recuerdo de mi niñez, y de mis andanzas en ese puente, con mi amigo, mi gran amigo Tomás, ¿porque se me viene ese recuerdo a la cabeza? A Tomás no lo veo desde hace años, desde que sus padres se mudaron lejos de aquí debido a la enfermedad de su madre. En fin, cabeza loca mía que se gasta su memoria en recordar esas cosas.

Llegando a mi casa temporal y me encuentro con Anaís, la niña de la pieza de al lado que siempre me recuerda que "mañana tengo que botar la basura", esta noche no fue la excepción:

-Andrés!- me grita con esa voz de niña dulce, niña le digo de cariño porque en realidad ya es toda una mujer.
-¡Si, si, mañana la botaré, no te preocupes, buenas noches!-le grito desde la puerta de mi pieza con la esperanza de que no me conteste alguna pesadez como siempre.

Por fin entro a mi pieza, y pongo un poco de música, la misma que escuchaba antes de salir a ver a ese señor, y yo que creía que iba a ser una velada agradable. La lluvia acabó, por fin, una semana de aguacero ya me tenían de mal genio.